Día 24 – Picar

Hoy traigo un recuerdo de mi infancia. 

Es mágico como una imagen te puede llegar transportar en el tiempo a un momento tan especial:

«Es verano, estamos bajo el parrón, es la época del choclo, las sandias, los tomates, los melones y la albahaca. Mi querida «Pepi» saca su antigua maquina de picar, para que podamos moler el choclo junto con las aromáticas hojas de albahaca para poder preparar unas ricas humitas».

Mmmm…

Como huele…

Día 24 . Chop #inktober

Buenas noches Ruki@s… 😉

Ruka de Colores by Vero Tapia ©

Una casa bonita

Mi amiga Carolina sabiamente dice que en el alma de un niño, y de un «no tan niño», un hogar puede llegar a ser casi cualquier espacio que dibujamos. Como por ejemplo el recuadro que delimitamos en el suelo cuando empleamos una blanca tiza o un oscuro tizón.

Desde siempre creamos «hogares» en los lugares donde nos encontramos y los impregnamos de nuestros colores, aromas, sentimientos y recuerdos. Aunque seamos viajeros empedernidos, llevamos como caracoles, nuestra «casa a cuesta» con una selección de objetos simbólicos que nos sirven de «rosa de los vientos».

«Mi casa bonita», es un recuerdo de hogar. Un diminuto espacio refugiado en el centro mismo de una gran capital, que por desgracia solo visité en contadas ocasiones y que llevo hace muchos años en mi corazón.

Una casa bonita

En mi casa bonita hay una verja pequeña por la que entramos a un diminuto patio repleto de flores, macetas y gallinas. Hay también una larga y peligrosa escalera por la que accedemos a un hogar sencillo con olor a «cazuela y/o puchero», que tiene un hermoso sofá de flores donde descansa una graciosa anciana de pelo blanco y sonrisa eterna, mientras entra la luz del mediodía por una gran ventana.

Ruka de Colores by Vero Tapia ©

Tengo «pena»…

GatoGato

Hace algunos años visité a una anciana a la que estimaba mucho. Era mediodía y la habitación estaba muy soleada. Ella estaba llorando desconsoladamente. Yo le pregunté por qué se encontraba así, y ella me contestó con una frase que no he podido olvidar…

“Tengo pena, porque el gato me comió la cena”