Rukitos y Rukitas de colores. En esta ocasión comparto con ustedes unas palabritas autobiográficas que escribió una persona muy especial para mi. Nos describe su mundo desde la visión de una niña de tan solo doce años de edad, aunque estas palabras las redactó con más de sesenta años. Es un extenso escrito que me hubiese gustado poder ilustrar junto a ella, pero por circunstancias de la vida, no ha podido ser así…
Empiezo por la primera parte de este relato, donde con mucho cariño, nos describe su Verde Casa.
«Los invito a conocer donde yo vivía, era una casa de color verde oscuro con unas paredes muy altas en las cuales había tres ventanas. En estos muros que tenían en su interior unos hierros que los decoraban hay un portón de reja en puntas muy grande, el cual siempre permanecía con candado. El terreno era de 2550 metros cuadrados y la casa era de 600 metros. Esta casa esta ubicada en Santiago, Ñuñoa, en la calle Los Cerezos, por el lado sur, había un sitio eriazo y por el lado norte había una familia constituida por padres y dos hijos, en la parte posterior de la casa había un colegio muy pequeño. Nuestra casa estaba a media cuadra de Irarrazaval».
Ruka de Colores by Vero Tapia ©