La grata locura de recoger hongos, setas y callampas, apareció en mi vida hace ya un puñadito de años. Recuerdo el momento como un destello mágico…
Aquí, en esta tierra que me cobija, es muy común y hasta normal, pasear por las montañas cumpliendo el rol de un homo sapiens recolectar. Aquí se recoge todo, hongos, setas, espárragos, endrinas, flores de hipérico y de violetas, serbas… Todas cosas naturales, silvestres y «bio».
Uy, ahora que lo pienso… en todos los años que viví en mi comarca «neonatal», nunca escuché, ni supe, ni vi, a ningún individuo y ni a su familia al completo, que se fuesen a los bosques a recoger nada… Echando una mirada al pasado puedo recordar que en algunos momentos determinados de mi vida y la de mi familia, sí que actuamos como grandes homo recolectores. Una concha marina, unas moras silvestres, unas semillas de rosa mosqueta, unas piñas de pino…
Pero hongos y setas, no. Señoras y señores, rotundamente, no.
En aquel entonces el único hongo silvestres que se consumía en mi territorio primigenio era la «Callampa» (Suillus luteus, Boletus luteus). Un hongo de la familia de los boletus que normalmente consumíamos seco y que se recogía en bosques de Pino radiata. Pero eso lo hacían los expertos. Los normales lo comprábamos por ahí. Esta maravilla de la naturaleza era empleado en la preparación de la autentica «boloñesa» nacional. Que nada tiene que envidiarle a la Italiana. 😉
Desde pequeñita fui muy observadora y recibí del universo una enseñanza que me ha permitido ser una viajera «argonáutica». El universo me dijo:
«Donde fueres, haz lo que vieres».
Y aquí estoy llevando a la práctica tan importante enseñanza.
En estas latitudes del planeta tierra, en cuanto empiezan a salir los hongos, todos y todas se vuelven locos y locas. Y yo, la primera.
De las ciudades suben a las montañas con la canastita y la cuchilla en mano. Por supuesto, con un buen y fenomenal pic-nic. En este paralelo el delicado tema de la buena mesa no está en juego.
Yo, para evitarme tanto desplazamiento, elegí vivir en la montaña. Así puedo ser la primera en «coger»…
La avalancha humana que genera tan vital acontecimiento natural, denominado en la jerga común con el pseudo apodo de «domingueros» o «seteros», suele estar compuesto por un grupo humano capaz de arrasar todo lo que pilla a su alrededor. Antropologicamente hablando, son homo sapiens sapiens, que de sapiens sapiens, no tienen na. Lo digo sin ofender a nadie. Es que no se puede ir por la montaña sin conocimiento. Las cosas hay que hacerlas bien. Un homo sapiens sapiens nunca deja la basura del pic-nic colgada de un pino. Ese hominido, el sapiens sapiens, es capaz de portar su propia basura. Tal como la trae, se la lleva. ¿Parece sencillo, verdad?
Lo mío, en cuanto al tema de las setas se refiere, aparte de ser un aprendizaje primario, osea de simple imitación, también tiene un contexto mas desarrollado. Posee un aspecto culinario gastronómico que me llena de alegría las mariposas del estomago, y un aspecto científico-artístico que logra encantar a todos los pájaros de colores que anidan en mi sesera.
Aquí estoy tocando el éxtasis y la gloria bendita, todo gracias a la lluvia, la pacha mama, al bosque y a las hermosas «callampas». 🙂
Me ha recordado a mi pueblo donde también somos muy recolectores. Es verdad que hay mucho homo sapiens que debería quedarse solo en homo. Bonita entrada, Vero.
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Gracias Eva. 🙂
Con tus palabras, empiezo el día con alegría.
Feliz viernes para ti. 😉
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Me alegro. Que lo recolectes bien.
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Que bonita nota Vero, muy linda
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Gracias, me alegra que te guste 🙂
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Yo no tengo ni idea de setas, pero la que se parece a la casa de los pitufos tiene una pinta estupenda!!! jajajajajajaja, que noooo, que es broma. Pero siento un poco de pena no tener campo cerca, lo más parecido es un parque público. Disfruta de esas pequeñas grandes cosas!
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Qué alegría verte por estos lados «salá».
Con tus palabras me has regalado un consejo hermoso. Muchas gracias radionica.
Feliz fin de semana 🙂
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Recolectar para comer es todo un arte. Me da gusto que dejes ver ese espíritu nómada que todos llevamos dentro y recordármelo. Gracias Vero siempre es un gusto leerte.
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¡¡Muchas gracias por tus palabras Bremarila!! 😉
Cuando mi familia y yo elegimos esta forma de vida, también buscábamos generar un cambio importante en nuestra realidad.
Soñábamos con un mundo a escala humana en el que pudiésemos cubrir las necesidades básicas dejando de lado el consumismo y todo lo que ello conlleva.
El aprendizaje hacia la autosuficiencia es una alternativa maravillosa.
Muchos saludos y feliz nueva semana. 🙂
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¡¡Cuánta valentía!!, esos pequeños cambios transformarán multitudes. Me da gusto encontrarme con alguien congruente. Yo también creo y veo que el mundo nos da para comer, para vestir. Quizás es lento e implica más tiempo y esfuerzo pero vale la pena. Gracias e igualmente 🙂
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😉
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Que bonita entrada Vero!! Y q bueno recordar esas recolectas por senderos secretos en bosques mágicos q acaban convirtiéndose en verdaderas aventuras nocturnas, muertos d risa. 😉
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Eso no se olvida guapa 🙂
Se queda archivado en la cajita de los buenos recuerdos. 😀
Besitos y feliz semana
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Fascinante… hasta ganas de recolectar hongos me han dado 🙂 ¡Yummy!
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Siempre es una buena excusa para pasear por el bosque. 😉
Muchas gracias por tu comentario. 😀
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Me ha encantado tu relato de recolección y afines…
Feliz fin de semana ❤
Aquileana 😀
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¡¡Muchas gracias Aquileana!!
Es un gusto tenerte cerquita 😀
Feliz fin de semana para ti también.
Salu_dicos 😉
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