Desde hace un par de semanas he pensado tomar una importante decisión. ¿Preparados? He decido ordenar las ideas que rondan mi cerebro para que «Constancia» pueda visitarme con mayor frecuencia. Es que sin duda «Constancia» es la musa menos escurridiza que puedo invitar a cenar. Ni te imaginas lo complicado que es pillar a una ninfa, o a una simple hada… ¡Ni te lo imaginas!
En mi caso, que suelo tener la cabeza repleta de pajaritos de colores, he comenzado por alimentar a mis inquilinos de la azotea con un reconfortante y delicioso menú a base de antiguas y picantes ideas. De este modo, por una parte me quito pensamientos molestos y caducos, y por la otra, puedo llenar de calma y regocijo el burbujeante caos que reina en la estancia de la sin razón.
De esta tranquilidad cerebral, obtuve el preciado tiempo para poder impregnar y empapar de un sin fin de variopintas cuestiones, la pequeña libreta que siempre me acompaña.
La ensalada mental que se creó en este propicio caldo de cultivo, se manifestó metafóricamente a través de la simbólica imagen del «yin-yan». No existen la claridad sin la oscuridad. No existe el bien sin el mal. Todo tiene su lado «oscuro» (en el caso de los maestros Jedi, el lado oscuro de la fuerza. En mi caso, aun no lo sé). Pero en este preciso instante, no me sirve de mucho, conocer el lado oscuro… Necesito «claridad»…
Después de sobrellevar de la mejor manera posible el primer segundo de pánico total, volvió la calma… y con el silencio y aroma propio que sigue a los momentos de pánico, me vino el planteamiento de una nueva cuestión: «Por dónde puedo empezar».
Entonces vi la luz…
Pude visualizar a Constancia. En esta ocasión llevaba un traje de pirata. Cuánto menos extraño, pensé… Y me dije: «Esto debe significar algo importante». Aun no tengo claro por dónde van los tiros… Estoy intentando entenderlo… Se aceptan ayudas externas…
Pero por si las dudas, me dibujé un mapa y una rosa de los vientos que me permitan seguir viajando sin llegar a perder el rumbo, mientras busco el vellocino dorado y encuentro a «Constancia» para invitarla a cenar.
Sólo da un primer paso, lo demás se resuelve en el camino. Todos improvisamos un poco de vez en cuándo.
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Me parece una buena receta para aplicarla cada día a día. La dejo archivada para los momentos «oscuros». En ella hay una palabra mágica preciosa: IMPROVISAR. Gracias Bremarila por regalarme esa palabra.
Salu_dicos 😀
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Un gusto.
Salu_dicos 🙂
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Tal vez Constancia se lanza a los mares como los piratas, pero también requiere de un puerto donde anclar de vez en cuando…de allí el mapa y la rosa de los vientos.
Un saludo desde Argentina para ti y para Constancia.
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¡Qué palabras más bonitas! ¡Gracias! 😉
Le tengo un rinconcito preparado para cuando quiera pisar tierra firme. 😀
Un gran saludo desde el otro lado del mundo.
En cuanto venga Constancia, le doy tus saludos. 😉
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Me encanta el mapa. Parece bastante completo!
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¡Gracias Ignacio!
La que está «encantá» de que te encante, soy yo. 😀
Salu_dicos
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¡Muy bonita toda esta reflexión y preciosa ilustración! Hay mucha creatividad en tu cabeza, y por ende en tu blog. No me extraña nada que te lleguen esos merecidísimos premios. Un gran abrazo y feliz fin de semana 🙂
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Lo que más feliz me hace en esta vida es dibujar tejiendo ideas y momentos. A veces un poco caótico, pero siempre «terapéutico». Sí no tuviese eso, no se lo que haría… *_*
Por suerte, no es así.
Muchas gracias por tus palabras. ¡Me encantan! 🙂
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Bienvenida sea Constancia con su traje de pirata!
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Parece que Constancia se va acercando a puerto…
Al menos eso me ha “contao” un pajarito… 🙂
Salu_dicos
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